“Hay que respetar a las mujeres que prefieren prostituirse a
limpiar pisos”, Mónica Oltra, consellera de Igualdad y política inclusiva de la
Comunidad valenciana.
Todos los días hay uno (o varios) titulares en prensa que me
revuelven el estómago, el de ayer fue ese. Tras mi indignación inicial, llegué
a la conclusión de que los señores de El Español habían sacado de contexto la
frase, que no podía ser, que no podía haber dicho eso, así que me dispuse a
leer la entrevista. http://www.elespanol.com/espana/20161216/178732509_0.html
La cosa era peor aún que el propio titular. Según la
consellera Oltra, relacionar prostitución y esclavitud “es una visión en blanco
y negro que forma parte de los esquemas patriarcales”. Detengámonos primero en
esto. Señora Oltra, ¿qué puede haber más patriarcal que un hombre comprando el
cuerpo de una mujer para satisfacer sus deseos sexuales? ¿No sería más
apropiado culpar al patriarcado de la propia existencia de la prostitución? Con
todo, no me parece eso lo más grave de la frase. Con ella podría parecer, y
aquí he de decir que estoy convencido de que no era esa la intención de la
señora Oltra, que no existe ninguna relación entre prostitución y esclavitud.
No hay en su respuesta ni una sola mención a que, aunque haya mujeres que se
prostituyan “libremente”, la mayoría de las mujeres que ejercen la prostitución
en España (y en el mundo) son esclavas. No es una forma de hablar, no es una
exageración, no es un modo de querer hacer parecer el problema más grande de lo
que es. Son literalmente esclavas. ¿No debería haber sido ese el mensaje
principal que trasladar en la entrevista? ¿No es un problema lo suficientemente
grave como para ponerlo por delante de la supuesta libertad de las mujeres para
ejercer la prostitución? Parece ser que no, pues no hay una sola referencia a
ello en su respuesta.
Ahora vamos a hacer un ejercicio de imaginación. Imaginemos
al señor Juan Rosell, presidente de la patronal, diciendo la siguiente frase: “Hay
que respetar a los trabajadores que prefieren trabajar por 200 euros al mes con
jornada completa a quedarse en su casa”. Como veis, tampoco hay que imaginar
mucho, pues ha dicho cosas parecidas. La izquierda, empezando por la consellera
Oltra, montaría en cólera, y con razón. Pero, ¿qué diferencia hay entre una frase y
otra? ¿Es el estado paternalista con los trabajadores por imponer un salario
mínimo y establecer el límite de horas de una jornada completa? Desde luego hay
quien piensa que sí. Esperanza Aguirre, por ejemplo. Y qué casualidad que
comparta la misma visión que Mónica Oltra en el tema de la prostitución (http://www.expansion.com/economia/politica/2015/04/15/552e71ecca4741be728b4578.html).
Pues bien, ¿por qué es paternalista
y patriarcal prohibir la prostitución? El mensaje debería ir justamente en sentido
opuesto. Habría que poner el foco en que, en este tema, prohibir no está siendo
suficiente para proteger a las víctimas de trata. Acabar con esta lacra,
perseguir con mucha más firmeza a proxenetas y traficantes de seres humanos,
castigar a los clientes, realizar campañas tan intensivas como las de tráfico
contra el consumo de prostitución con los mismos medios, ofrecer salidas a
todas aquellas mujeres que hayan sido víctimas de trata… En definitiva,
convertirlo en una prioridad política. En caso contrario, la prohibición es
papel mojado.
El mensaje que está tratando de trasladar la consellera
coincide, además, peligrosamente con el que últimamente se ha prodigado en
diversos medios a la hora de tratar la prostitución, el de la mujer que “libremente”
elige ser prostituta. Entrevistas, reportajes en prensa y TV… No seré yo quien
niegue que esas mujeres existan, sería de necios. Ahora bien, ¿de verdad están
ejerciendo libremente esa profesión? ¿No será que, entre una forma y otra de
explotación, han elegido la que les da más dinero? ¿Es esa la libertad de la
que hablan? Puedo entender (nunca compartir, ojo) los motivos que tienen los
medios para utilizar ese enfoque. Basta con irse a las páginas de contactos de
los periódicos para comprenderlo. Pero por más vueltas que le doy, los motivos de
Mónica Oltra se me escapan. ¿Desde cuándo
el discurso de la izquierda es así de individualista? ¿Desde cuándo se prioriza
el derecho de una mujer en concreto, sobre el de millones de mujeres que son
esclavizadas en el mundo por culpa de la trata de blancas? Si el argumento
hubiese sido que la legalización beneficia a las víctimas de trata, el debate
sería diferente. No porque esa postura sea correcta, que en mi opinión no lo es
(y en la de gente que sabe muchísimo más que yo de esto tampoco), sino porque
ahí sí se estaría poniendo el foco en el verdadero problema y el debate podría
haber sido más enriquecedor. Si tú defiendes que la legalización de la
prostitución ayuda a mejorar las condiciones de millones de mujeres estás
equivocado, pero al menos la discusión va a girar acerca de lo verdaderamente
importante del asunto.
Yo mismo, hace mucho tiempo, también creía que la
legalización era la panacea. Que si cotizarían, que si tendrían seguridad
social, etc. Hasta que un día, por motivos de trabajo, vi de cerca lo que era
aquello (lo explico en este hilo de twitter https://twitter.com/springsteen_81/status/652852085101359104).
¿Mejoraría en algo la vida de estas mujeres si se legalizase la prostitución?
¿Alguien cree que con una legislación más laxa, los proxenetas (esclavistas) no
lo tendrían aún más fácil de lo que ya lo tienen? Ese, y solo ese, debe ser el
centro del debate. Todo lo demás es una frivolidad repugnante.
@springsteen_81
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